Bloated Pointer

    

LA PASIÓN DEL DIEGO

Alguien ha dicho que Dios quería jugar a fútbol y que por eso se llevó al Diego. Yo me pregunto si no querría ponerse duro. He leído a un tuitero una reflexión que venía a decir: “qué es mejor, ¿el odio o la cocaína? Pelotudos de mierda”. A propósito de su muerte, al parecer el mundo se divide entre gente que lo amaba y gente que lo odiaba. Lo mismo que Jesús. Yo, que me siempre me tuve por un humanista, adoraba al Diego como adoro a todo ser que pueda llegar a convertirse en objeto de devoción. En receptáculo y agente de fe. En Nápoles y en las villas bonaerenses el Maradonismo tiene adeptos y mártires. La Biblia repudia la idolatría. Dice que desafía la soberanía de dios. A mí me encanta la idolatría. Idolatro a todo hombre o mujer que puedas imaginar siendo un ídolo, una gold chain o un tatu. Me imagino al Diego diciéndole al camello su ipsissima verba: “Ché, sabés qué, conseguíme un poco más y rellená mi contorno con la sustancialidad de un ídolo-hombre. Hoy soy un dios que quiere ser un drogata. Las hojas rodarán de una nueva forma desconocida y no habrá más oscuridad que la merecida. Los que no creyeron, que la mamen, que la sigan mamando. Estos goles son para ustedes. Pelotudos de mierda”.