Hey, viajero! Soy yo!
Pasa, pasa. ¿Te ha costado encontrar la página? La verdad es que está un poco escondida, jeje. Mejor así, ¿no? Lejos de todo. De ellos. No te preocupes. Pareces cansado. Siéntate. Cuéntame algo. Aquí. Conmigo. ¿Te sigue alguien? Espero que no. No quiero tener más problemas, jejeje. No, no, yo tampoco vivo aquí. Solo estoy de paso. El dueño de la página tuvo la amabilidad de alojarme una vez hace mucho tiempo y desde entonces es como mi segunda casa. Cuando vengo por aquí le cuido al gato y le riego las plantas. La verdad es que lo suele tener todo patas arriba, jejeje. Me divirte estar aquí. Me entretengo leyendo lo que el dueño escribe. ¿Que no lo conoces? Bueno, viajero. Tiempo al tiempo. De momento ponte cómodo y siéntate junto al fuego. No irás armado ¿no? Jijiji no, claro que no, viajero. Solo es por precacución. Tú siéntete como en casa. Y olvídate del camino por unas horas. Te irá bien. Bueno, deja que te cuente una historia. Dice así: un hombre bajito en un banco de Lavapiés me dijo una tarde: "Jesucristo consiguió más atención que yo pero yo he llegado más lejos con menos"... Sí... Eso me dijo el viejo. ¿Lo pillas? Tranquilo, yo tampoco lo entendí cuando me lo dijo. Me han hecho falta algunos años y desengaños para entenderlo. Mmmhh... En fin, eso es todo. La verdad es que no se me dan muy bien las historias, jejeje. Dicen que lo mucho cansa y lo poco... ¿Y lo poco? Lo poco, ¿qué? No me acuerdo, jejejeje. Joder! Qué puta memoria... Bueno. Lo importante es que estamos aquí. Acércate. Los dos. Un poco más. Juntos. Jejeje. ¿Y el gato?